Todos y cada uno de nosotros sabemos
el significado de la palabra duelo, en el peor de los casos sabemos que
proviene de la palabra dolor, sin embargo el duelo se refiere más al proceso de
adaptación emocional que se sigue a cualquier perdida, comúnmente a la pérdida
de un ser querido y actualmente hasta de la pérdida de un empleo.
Quizás y sólo quizás y en los tiempos
que corren y después de un año recién inaugurado deberíamos reflexionar sobre
el duelo emocional que sentimos los españoles de a pie por el año pasado, que
hemos pasado, valga la redundancia.
No es misión de fondo de este blog el
entrar en aspectos políticos sino más bien conceptuales y emocionales que sirvan de reflexión, o al
menos de eco en aquello que resuena en
cada momento.
El duelo como tal es la reacción
psicológica ante la pérdida de algo y que redunda en consecuencia en un
comportamiento reaccional de sufrimiento
y aflicción, cuando algo o parte de un todo desaparecen o cambia radicalmente.
Nadie en este país que vivimos
hemos dejado de perder algo en parte o totalmente, bien emocionalmente bien
material o intelectualmente de una forma u otra, con una dimensión particular y
un significado especifico. Pero como reacción de que se concibe se trata de empezar a asumir y reaccionar,
donde estamos, quienes somos y que es lo que queremos, sabiendo que lo perdido,
perdido está, y no podemos quedarnos quietos en el proceso que se ha prologado en
el tiempo necesario para la elaboración de ésta pérdida.
Semánticamente el duelo también puede
significar ese enfrentamiento pactado entre dos personas o personajes, pactado
y tratado y como titanes que somos todas las personas, no nos queda más remedio
que afrontar esta situación reaccionando y asimilando lo que nos ha tocado
vivir.
En el duelo por la muerte de un
ser querido se considera superado cuando la persona se siente afortunada por
haber compartido la vida con el fallecido, en el duelo de la vida
económico-político-social ya es hora de aprehender de nuestro propios errores y
de los errores ajenos y asimilar que el principal reto es asimilar lo perdido,
y aún con sentimiento de rabia por todo lo que nos ha sucedido, aparezca el
sentimiento de reorganización.
Si bien la manifestación externa
del duelo es el luto, que es su expresión más o menos formalizada y cultural,
el duelo psicológico tiene en el luto su correlato más social, aunque toda la
sociedad nos vistamos de color.
Como titanes que somos, sabiendo
que eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad
de oro, tenemos que mentalizarnos que la solución está en nuestras manos y que
ya pasado ese luto que ha durado más de siete años, es hora de aceptar y
reaccionar ante el momento que nos encontramos no admitiendo, ni por un minuto
más el silencio por respuesta, y la inactividad como procedimiento.
Les animo a exteriorizar sus
reacciones y sobre todo a clarificar el momento y consecuencias del momento en
que ustedes se hallan y del momento común de nuestra sociedad, que del mío ya
me preocupo yo, pero lo que tengo claro que el duelo se ha acabado y que ahora
como titan que me considero, sólo me queda la gradual reconexión con la vida
diaria, y la estabilización de los
efectos de los altibajos que hemos sentido en la etapa anterior, pues lo que
todo tenemos claro es que nos toca renacer como el ave fénix.
Ferrán Aparicio
10
de enero de 2015