Una de la metas más antiguas perseguidas por cantidad de estirpes, culturas y generaciones, ha sido el buscar y poseer el elixir de la vida, como remedio al secreto de la eterna juventud y prolongador de la vida eternamente.
Sus orígenes lo relacionan también en como transformar determinados metales en oro en busca de la llamada piedra filosofal; otros lo enfocan y difunden como el elixir de la inmortalidad definida como una poción o bebida de la vida eterna.
Es cierto que la investigación tanto biológica, farmacéutica así como la médica, ha alargado el periodo medio de vida de una persona, y en especial la calidad de vida, algo con lo que al menos nos conformamos, los que tenemos una patología clínica y necesitamos usar algún antídoto para calmar el dolor. Pero lo que también es cierto es que nuestros cuerpos son como motores que rugen cuando algo no sincroniza correctamente dentro del sistema funcional general y nos da avisos, unas veces con solución de reparación y otros lamentablemente nos llevan al desguace de la vida.
Como dice el dicho “cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar” y en ese sentido todos tenemos casos cercanos en los que podemos observar cómo hacerse mayor va degradando a la persona o al menos quitándole fuerza, de la misma manera que nosotros no somos los mismos que hace veinte años, hemos ido perdiendo fuerzas , salvo error o excepción y sin aludir a los desagradables casos de enfermedades oncológicas, que si bien han avanzado en sus tratamientos, no nos gusta nombrar la palabra genérica que lo define, por razones de pudor o invocación al mal agüero.
El mito del elixir de la vida, ha durado ya muchos años, pero lo que se busca con un elixir de la vida no es solo alargar la vida sino rejuvenecer a la persona que lo tome, alcanzando la fuerza y la vitalidad que tuvieron en el pasado, pero con la experiencia adquirida a lo largo de los años.
La mayoría de personas que tienen hoy en día mas de 50 años desearían volver a tener 25 años; cuando su cuerpo estaba en su mayor esplendor para atraer al sexo contrario y vivir plenamente con la experiencia recogida en veinticinco años y poder realizar tareas que ya no pueden realizar por edad, cansancio o inapetencia y se lo digo por experiencia.
Lo que está claro en el hipotético caso que algún día se encontrara el dichoso elixir de la vida, es que conseguiríamos la reencarnación de alguna manera de un alma sin cuerpo terrenal que nos prolongaría eternamente la vida con lo que inmediatamente empezaríamos a buscar el elixir de la eterna felicidad, el elixir del dinero,el del amor , es decir algo tan conceptualmente imposible como lo imposible que muchas veces pasa en nuestra propia vida.
Como dice el dicho popular:” virgencita que me quede como estoy”, por que creo que crecer, vivir pausadamente, evolutivamente y con los problemas que le corresponden a cada etapa, viviendo el presente, es ya un elixir de consciencia , que nos acerca a una felicidad puntual pero cercana , eso es así o al menos a mi me lo parece.
Ferran Aparicio
25 de abril de 2014