Hay personas como yo , que piensan que el amor puro y verdadero no existe pue4s solo este es temporal con el cambio circunstancial y de posicionamiento de las personas en el tiempo. Hoy no somos los mismos que ayer , han pasado cosas que nuestro subconsciente va absorbiendo y nos reestructura nuestro cerebro y nuestra forma de pensar.
En cualquier caso independientemente de su grado de pureza y veracidad , es bien cierto que el amor verdadero no es magia, sino un ejercicio de conexión e inversión personal, es compromiso y el respeto auténtico por el otro.
Si tuviéramos que definirlo, diríamos que es algo más que un sentimiento elementos tan poderosos como la reciprocidad, el cuidado, la atención y ese compromiso firme donde emprender proyecto en común, pero respetando a su vez el crecimiento individual.
En realidad, en lo que a materia afectiva se refiere, el éxito no reside en amarse muchoni en llevar a cabo todos los sacrificios posibles por el ser amado, sino en quererse bien; en hacer del amor un arte donde entender que querer a alguien no es un acto pasivo, sino una entrega constante y un trabajo diario.
El amor puro y verdadero, no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso.
Para mí y en mi opinión, nada es verdadero hasta que nosotros mismos le damos autenticidad, en este momento. Esto en el ámbito del amor se traduce en algo muy simple que es luchar por aquello que de verdad merece la pena.
El amor verdadero es más que un sentimiento y la pasión orquestada por una serie de neurotransmisores, como son la sorpresa, la intriga, el desconcierto, cuando descubrimos a alguien que nos atrae por muchos más aspectos que la mera apariencia. Hay una conexión temprana que rompe todos los patrones que hasta el momento habíamos vivido, pues esa complicidad casi inmediata nos atrae y nos inquieta.
La atemporalidad significa que en una relación de pareja estable y feliz, no importa el pasado ni inquieta el futuro. Las personas capaces de construir un amor verdadero no se sienten cautivas de sus errores del pasado, ni aún menos de sus relaciones del ayer. Se limitan a apreciar el presente con intensidad, sabiduría y valentía.
El secreto es ver a tu pareja presente como ese punto cardinal donde centrar cada ilusión, cada esfuerzo, compromiso y esperanza, pues sólo existe, la convicción de que aquello que se quiere, se cuida y se disfruta aquí y ahora.
Para concluir, el amor verdadero existe, no hay duda. A veces, aún sabiendo que lo es se nos escapa de las manos por muy diversas razones. Sea como sea, lo más importante es permitirnos experimentar esa sensación las veces que sean necesarias. Cuando esto ocurra, no debemos dudarlo: hay que hacer lo posible para que perdure, para que no se escape y ser así bailarines eternos en la pista de las relaciones felices.
Ferrán
Aparicio
20 de agosto de 2024