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viernes, 22 de marzo de 2024

CAPACIDAD DE GESTION

 

Se oye mucho en el día a día, en los medios de comunicación existe  una fuerte sensación de frustración  de la juventud al no poder lograr ese puesto de trabajo, ese espacio para vivir , esa consolidación de la relación , esa independencia económica y tantos aspectos que uno o llega a conformarse o sentiente frustrado.

El concepto de frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, la persona suele reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente.

Considerando como un aspecto inherente a la vida humana el hecho de asumir la imposibilidad de lograr todo aquello que uno desea y en el momento en que se anhela, el punto clave reside en la capacidad de gestionar y aceptar esta discrepancia entre lo ideal y lo real. Así, el origen de la problemática no se encuentra en las situaciones externas en sí mismas, sino en la forma en la que el individuo las afronta. Se entiende, desde esta perspectiva, que la frustración se compone tanto de una situación real ocurrida como de la vivencia a nivel emocional elaborada a partir de dicha situación.

La adecuada gestión de la frustración deviene una actitud y, como tal, esta puede trabajarse y desarrollarse; la frustración es un estado transitorio y, por ende, reversible.

La frustración  como una respuesta instintiva,            es una reacción que de forma natural muestra un estado emocionalmente desagradable cuando se da la ocurrencia de una interferencia ante la persecución de un objetivo propuesto.

Por lo general y de forma sintetizada, las personas que presentan un funcionamiento basado en una escasa tolerancia a la frustración ,buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de forma que cuando se tienen que enfrentar a la espera o a la postergación de estas pueden reaccionar de forma explosiva con ataques de ira o retraimiento y tristeza extremos y creen que todo gira a su alrededor y que merecen todo aquello que demandan, de forma que sienten cualquier límite como injusto puesto que va en contra de sus deseos. Les cuesta comprender por qué no se les da todo lo que desean.

La tolerancia a la frustración es un aprendizaje que debe consolidarse ya durante etapas tempranas del desarrollo infantil, si es se denota su apariencia.

Entre las medidas principales que suelen formar parte del entrenamiento para potenciar una adecuada tolerancia a la frustración se encuentran componentes como las técnicas de relajación, el aprendizaje en la identificación de emociones y la adquisición de comportamientos alternativos e incompatibles a la reacción de frustración.

En conclusión, se ha podido observar cómo el fenómeno de la frustración deviene un conjunto de reacciones aprendidas que pueden verse modificadas con la instauración de nuevos repertorios cognitivo-conductuales alternativos. Estos aprendizajes son una parte muy importante del conjunto de aspectos a integrar durante el desarrollo de la aceptación, puesto que están en la base de un funcionamiento poco activo en la resolución de problemas y situaciones potencialmente complejas de una actitud general de pérdida de motivación que puede dificultar la consecución de objetivos vitales.

 Ferrán Aparicio

 5 de marzo de 2024

 

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