Todos queremos creer, en lo más profundo de nuestras almas, que poseemos un don especial, que somos diferentes, que podemos conmover a otros de una forma particular, y que somos capaces de lograr que el mundo sea un lugar mejor, sin menos cabo de la vulnerabilidad que nos plantea la vida con nuestras vivencias amargas, nuestra salud y enfermedad y con situaciones inesperadas que jamás hubiésemos pensado para nosotros.
En algún momento de nuestras vidas, todos nosotros tenemos una visión acerca de la calidad de vida que deseamos y creemos merecer, pero las frustraciones y rutinas de la vida cotidiana, nos impiden parar para reconstruirnos, depurarnos y reformatearnos en un `planteamiento mucho mejor que coincida con lo queremos y nos merecemos.
En general los humanos nos limitamos a esperar hasta que estamos en el borde del precipio y es entonces cuando paramos y tratamos de cambiar el mal resultado
No siempre resulta fácil capacitarnos a las personas para que se den cuenta de que pueden incidir en el resultado de sus propias vidas.
Todos al menos de una forma consciente o inconsciente, desarrollamos la creencia de que todos estamos aquí para contribuir con algo único, que en lo más profundo de nosotros mismos yace un don especial.
Está comprobado la gigantesca capacidad que somos capaces de desarrollar de forma inmediata cuando enfocamos todos nuestros recursos para dominar un solo aspecto de nuestras vidas. El enfoque controlado es como una fuerza universal que hace que cualquier cosa que parezca interponerse en el camino.
Cuando nos concentramos en la mejora de cualquier aspecto de nuestra vida, desarrollamos singularidades acerca de cómo mejorar ese ámbito en particular y lo que está claro es que los recursos que necesitamos para convertir nuestros sueños en realidad están dentro de nosotros mismos, esperando simplemente el día en que decidamos despertar y exigir nuestros derechos.
La clave no consiste en la mera persecución de la riqueza, sino en cambiar sus creencias y actitudes sobre ella, para veda como un medio de contribución, y no como un fin absoluto para alcanzar la felicidad.
Utilizar el poder de decisión le proporciona la capacidad para arrollar cualquier excusa que se interponga en el camino de cambiar todos y cada uno de los ámbitos de su vida en un instante y sus consecuencias puede cambiar sus relaciones, su ambiente laboral, su nivel de agilidad física, sus ingresos y su estado emocional
Una de las decisiones más importantes que puede tomar para asegurarse su felicidad a largo plazo es la de usar todo aquello que la vida le ofrezca en cada momento, disponiendo claramente qué es lo que quiere comprometerse a alcanzar; observando lo que funciona y lo que no, y cambiando su aproximación al tema hasta lograr lo que desea, usando todo aquello que la vida le ofrezca a lo largo del camino.
Ferrán Aparicio
20
de Marzo de 2024
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