El pespecticidio es una técnica de manipulación en la que una persona somete a otra a su total dominio. Es muy típico en las sectas. Conoce más sobre ella ¡aquí!
Perspecticidio, una técnica muy utilizada por los manipuladores estrategias que buscan condicionar el comportamiento del otro sin que este sea consciente de lo que está ocurriendo. Está muy relacionado precisamente con ver al otro como un objeto que podemos manipular.
La palabra perspecticidio es un neologismo, aunque se usa desde hace tiempo para hacer referencia al lavado de cerebro al que sometían a los prisioneros de la guerra. Además, también se ha utilizado este término para explicar los mecanismos psicológicos que hacen que las personas acaben “atrapadas” en sectas.
Consecuencias del perspecticidio son las pérdidas de perspectiva, llegando a cultivar incluso el pensamiento de que no tenemos derecho, porque no somos válidos, a tener nuestras propias opiniones. Así, a través de este fenómeno, podemos llegar a perder la propia perspectiva y a olvidar qué es lo que creemos por nosotros mismos.
De esta forma, acabamos adoptando las ideas, metas u objetivos de la persona que nos está intentando dominar. A raíz de todo ello renunciamos a nuestros deseos y necesidades e incluso acabamos perdiendo la propia identidad o el propio sentido del “yo”. Como veremos, el perspecticidio es una técnica muy utilizada por los manipuladores.
El fenómeno del perspecticidio conlleva una relación abusiva, de control, dominio y manipulación por parte de una persona hacia otra ,con el paso del tiempo, la persona que sufre el perspecticidio, es decir, la “víctima”, acaba cambiando su forma de pensar y actuar, influenciada y hasta dominada por la persona que actúa sobre ella.
Así, el manipulador o manipuladora (el que comete el perspecticidio), acaba definiendo el mundo de la persona a la que somete. Determina y decide cómo esta debe pensar y actuar y por supuesto la relación que se configura entre ambos.
Como vemos, no se trata de una influencia mutua o bidireccional en la relación, en la que las dos partes ejercen su dominio o su “rol”; en este caso, hablamos de una relación unidireccional de sometimiento, control y dominio. Es decir, de una de las partes (manipulador) a otra (víctima o persona sometida).
El manipulador, de forma progresiva, acaba “lavando el cerebro” de su víctima, hasta que esta pierde por completo su identidad y acaba actuando como el primero desea. La persona sometida pierde hasta su capacidad para decidir, ya que el manipulador va restringiendo poco a poco su mundo.
En definitiva como consecuencia de esta actitud, ya no te reconoces a ti mismo, te sientes incapaz de conseguir cosas por tu propia cuenta, aplicándote etiquetas negativas a ti mismo dudando de tus propias opiniones y capacidades.
Ferran Aparicio
10
de Noviembre de 2024
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