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jueves, 30 de enero de 2025

MALA VIDA , MALA MUERTE

Los refranes son una forma de expresión popular cuya fuerza reside en que son utilizados para transmitir su sabiduría de forma verbal.

 En culturas de todo el mundo y desde hace cientos de años estas expresiones han sido transmitidas de padres a hijos, haciendo de estas una de las formas más fáciles de comunicar a nuestros allegados.

 Suelen usarse para transmitir conocimientos prácticos, para aleccionar a los hijos sobre cómo deben hacer ciertas cosas o cómo actuar en ciertos momentos.

 No se trata simplemente de decir en voz alta frases graciosas u ocurrentes para entretener a quienes nos escuchan; los refranes son uno de los elementos clave de la cultura popular. Esto significa que tienen la capacidad de expresar mucho en muy pocas palabras, y a menudo, el mensaje que transmiten tiene sus raíces en un conocimiento con siglos de antigüedad, y con prácticas tradicionales. Incluso cuando estas últimas prácticamente han desaparecido en el siglo XXI, estas expresiones que han dejado tras de sí permanecen vivas y forman parte de nuestro lenguaje cotidiano.

Dicho de otra forma, la razón de ser de estos refranes breves es conectarnos con nuestro pasado y aportarnos recordatorios acerca de lecciones que no deberíamos perder de vista. Es por eso que son estudiados desde la antropología.

Quién no ha escuchado alguna vez un refrán, dicho por una persona que peina canas, me pregunto. A muchos de nosotros seguro que más de un refrán se no ha quedado para siempre en la mente y hemos intentado aplicarlo a nuestra vida diaria.

Algunos de ellos sirven como fuente de motivación o inspiración, mientras que otros hablan acerca del ser humano en general y de la sociedad en la que vivimos.

Un ejemplo es por ejemplo el refrán "ni la vida es tan mala, ni la muerte es tan buena" significa que la vida y la muerte son complejas y no pueden ser juzgadas de manera absoluta.

Esta frase sugiere que la vida y la muerte son experiencias humanas que pueden ser tanto positivas como negativas, y que no hay una solución simple para determinar si una de ellas es mejor que la otra.

Esta frase puede ser utilizada para expresar la complejidad de la vida humana y la dificultad de juzgar las experiencias de la vida y la muerte

Este refrán se caracteriza por las clasificaciones que permiten ordenar el mundo que las rodea. Dentro de esas clasificaciones la “buena muerte” y la “mala muerte” tienen un lugar esencial, y varias sociedades atribuyen a la buena muerte, circunstancias en que, en ausencia de acontecimientos violentos, la muerte es atravesada por determinadas prácticas de despedida y separación, en donde se incluyen los tratamientos correctos sobre los cuerpos, y el acompañamiento de los deudos. 

Se busca así sellar una nueva relación con los difuntos, de ahora en adelante invisibles, aunque no del todo ausentes, de la vida de sus familiares, y como veis el fondo es más complejo que su propia apariencia.

                                                       Ferrán Aparicio

                                               15 de Diciembre de 2024

 

 

 

 

 

 

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