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viernes, 10 de junio de 2016

INHABILIDADES E INCOMPATIBILIDADES

La pura realidad es que cada día aprendemos algo de lo que vemos, sentimos o escuchamos y por supuesto leemos , aunque dicen los expertos que de esto último, sólo nos queda el diez por cien de lo que ejercitamos.

En el momento que vamos a vivir de nuevo los españoles de turno o al menos los que decidan ejercer sus derechos, me llama la atención la disfunción semántica que se produce entre los términos de inhabilidades e incompatibilidades, aunque como siempre depende del sentido con que se diga o simplemente la situación  en que se produzca.

Lo que resulta bien claro es que no es lo mismo ser que parecer, y con estos términos ocurre un poco lo mismo, hay una gran diferencia entre la inhabilidad y la incompatibilidad y además es extensible a muchos aspectos de la vida desde el amor al dolor, pasando por el ser y el estar, por no mencionar el esperar,  simplemente por vocación o dedicación.

La inquietud en la gran diferencia entre ambos términos, la marca el tiempo en el que se sitúan estos términos y un poco en la integridad con la que nos enfrentamos a ellos.

Dicen los expertos jurídicos, como siempre según su leal y buen entender, salvo mejor fundamento basado en derecho que las inhabilidades son situaciones de hecho previo a la elección que impiden a la persona postularse validamente para ostentar una situación , ejercicio o profesión, por decir un algo mientras que las incompatibilidades son situaciones de hecho coetáneas al desarrollo de un aspecto , cualidad o en su caso ejercicio de una actuación, generalizando de una forma simple e intentando que ambos términos nos sirvan para cualquier caso o situación.

Las incompatibilidades como concepto comina a la persona a la incapacidad  de hacer, desempeñar o realizar determinados actos, incluso trabajos sin embargo la inhabilidad es un estado previo a la incompatibilidad que determina que la persona no es hábil para el desarrollo de lo que se propone.

Resulta chocante como todos incluso pensando muy diferente nos damos cuenta de cuantas personas inhábiles e incompatibles estamos rodeados.

La voluntad también diferencia a estos términos en cuanto la incompatibilidad otorga la posibilidad a renunciar a seguir actuando, viviendo, o simplemente trabajando con el fin bien de dar una legalidad a la situación o simplemente  liberarse de algo con lo que no comulgamos. Cosa que no sucede con la inhabilidad, porque una vez una persona se encuentre inhabilitada o se un inhábil no tiene ninguna alternativa para superar tal situación, toda vez que no depende de su voluntad.

Les animo a planteárselo, yo ya lo he hecho y he llegado  a convencerme de cuan equivocados estamos muchas veces con los términos con los que convivimos.
                                                          
                                                                      Ferrán Aparicio
                                                                  10 de Junio de 2016


miércoles, 8 de junio de 2016

idealist@s: LA VOZ DE LA CONCIENCIA

idealist@s: LA VOZ DE LA CONCIENCIA: Tuve la suerte de educarme en un ambiente donde el sentido común era la ley del juego. Nunca recibí reproches ni riñas especiales, sino sim...

martes, 7 de junio de 2016

LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Tuve la suerte de educarme en un ambiente donde el sentido común era la ley del juego. Nunca recibí reproches ni riñas especiales, sino simplemente una invitación al ejercicio del sentido común,  cuyo consecuencia inmediata estimulaba la reacción de saber si yo había actuado bien o mal.

A la vuelta de la vida y con un grado de experiencia he llegado a tener ese sentido común  como un hábito innato, si bien ha aparecido coetaneamennte la voz de la conciencia como un aliado inmediato a ese habito.

Hablar de la voz de la conciencia es hablar de una propiedad del espiritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones y en si mismo experimenta.

Todos de una forma u otra, y en un momento u otro sin llamar la atención especialmente hemos oído esa voz interior del conocimiento del bien que debemos hacer y del mal que debemos evitar, quizás de una forma inocentemente intuitiva pero con un conocimiento exacto y reflexivo de las cosas que nos estaban sucediendo o al menos intuíamos que nos podían suceder.

También es cierto que todo el mundo ni siente ni padece del mismo modo, quizás y solo quizás porque el grado de conciencia no es igual para todo el mundo y tiene mucho que ver con el conocimiento objetivo, el orden estético y por supuesto con los valores éticos y morales.

Sin embargo la voz de la conciencia aparece siempre en su justo momento, ni antes ni después y trata de persuadir la capacidad de conocer sentir y valorar, interponiendo la receta de los tres ordenes en sus justas proporciones.

Esta fenómeno natural nos da un planteamiento mezcla entre la intuición  el subconsciente traído a la conciencia y la propia inteligencia de poder valorar nuestras motivaciones, deseos y planteamientos dentro de un mundo de libertad propia, llevando todo este proceso bajo la voz de la conciencia a una negociación interna dentro de nuestras propias limitaciones, pero con la libertad de actuación que nuestra vida casi siempre nos da.

No hay que olvidar que recurrir a reflexionar lo que la voz de la consciencia nos indica, no tiene nada que ver con reaccionar con nuestros instintos propios, pues la racionalidad nos diferencia de otros seres vivos , para llegar a ser conscientes de lo que esta bien o mal , o al menos eso a nosotros nos lo parece.

Cada momento nos somete a una decisión, cada decisión origina conflictos y cada conflicto genera tensión, pero es importante escuchar y reflexionar sobre lo que la voz nos intenta comunicar, pues aunque no lo parezca todo tiene su sentido.

                                                               Ferrán Aparicio
                                                            5 de junio de 2016


                                  

martes, 31 de mayo de 2016

idealist@s: LA VIDA,..., SI VA EN SERIO.

idealist@s: LA VIDA,..., SI VA EN SERIO.: LA VIDA SI VA EN SERIO El otro día simplemente paseando y dejando la mente en  blanco, cosa que dicen que favorece la creatividad, m...

idealist@s: LA VIDA,..., SI VA EN SERIO.

idealist@s: LA VIDA,..., SI VA EN SERIO.: LA VIDA SI VA EN SERIO El otro día simplemente paseando y dejando la mente en  blanco, cosa que dicen que favorece la creatividad, m...

LA VIDA,..., SI VA EN SERIO.

LA VIDA SI VA EN SERIO

El otro día simplemente paseando y dejando la mente en  blanco, cosa que dicen que favorece la creatividad, me vino a la cabeza, no sé por que razón aquello de que “la vida iba en serio”.

Es bien cierto, que prefiero ser alegre que ser triste, como  casi todo el mundo, pero también es cierto que hay personas que siempre están contentas, incluso cuando luchan contra un montón de problemas y sin llegar a dramatizar, con aquello de “luchar con la vida”, pues por definición son palabras mayores.

Al final,  todo se trata de tener un hábito, por aquello de que los hábitos crean costumbres, y todo resulta más sencillo o simplemente te lo que parece, cuando el habito  de la alegría es tu propia conducta.

Agradecer estar vivos, por aquello de que todos hemos dejado a gente en el camino, es un hábito que te acerca a la alegría vital de levantarte cada día enfocando y visualizando las maravillas de la vida.

Es algo real que las personas felices se rodean exclusivamente de gente positiva, comparten sus valores y objetivos y te ayudan en un buen ambiente a cumplir tus sueños o simplemente a mantener ese grado de alegría que tú te has creado como un hábito llevado a costumbre por su asiduidad.

No se trata de discriminar a nada ni a nadie, simplemente se trata de aceptar a los demás por lo que son y el lugar que ocupan en la vida, sin tratar de cambiar a nadie, pero tratando de alegrar al día a todos los que causalmente encuentras o convives.

La reflexión como hábito tampoco es mala compañera en el sentido  de que continuamente estamos aprendiendo de aquello que vivimos especialmente cuando lo trabajamos desde el lado de la consciencia.

Al final sólo se trata de utilizar esos valores como la intuición, la creatividad y la confianza por decir un algo a modo de receta, para  en lugar de ver la vida llena de obstáculos y problemas, enfocarlos como una oportunidad para hacer algo positivo.

Aprender a confiar en tus instintos y usar tu creatividad para encontrar una solución, son dos pilares básicos, para haciendo lo que te gusta, disfrutar de tu propia satisfacción como un hábito alegre.

Tomarse un tiempo para disfrutar de la belleza que nos rodea, sin prisas pero sin pausas es también un hábito saludable, pues al fin y al cabo y hablando de habitos como costumbres,…, solo se trata de aprender a vivir en el presente en lugar del pasado o futuro , por que lo cierto es que la vida va en serio.


Ferran Aparicio
30 mayo de 2015

miércoles, 25 de mayo de 2016

idealist@s: PASION POR EL TRABAJO

idealist@s: PASION POR EL TRABAJO: Hace un tiempo asistí a unas charlas-coloquio sobre coaching personal y laboral, en el centro donde trabajo. Entre todas ellas y cada...

PASION POR EL TRABAJO

Hace un tiempo asistí a unas charlas-coloquio sobre coaching personal y laboral, en el centro donde trabajaba.

Entre todas las charlas  y cada una con su variantes, hay una que me llamó la atención y que hablaba en general del decálogo para tener éxito en el trabajo. Reproducirla sería absurdo, pues es como teorizar sobre lo teórico, lo cual vuelve la palabra en retórica y eso en general nos aburre a todos, pero si me llamó la atención el concepto de pasión por el trabajo.

Es cierto que la “pasión por el trabajo”  no hay que confundirlo con el “don del trabajo”, ni tampoco confundirnos con la idea de trabajar para vivir o vivir para trabajar, pero lo cierto que en cualquiera de sus variables, cuando  haces lo que te gusta se genera el factor “ pasión”, lo cual no es cuestión baladí, pues hablando de  trabajo y como tradicionalmente conocemos por  Confucio: “ escoge un trabajo que te apasione y no trabajarás ni un día más en tu vida”.

Es bien cierto y en eso coincidimos casi todos que si haces algo que te gusta todo se desarrollará de una manera más placentera, si bien habría que distinguir en este caso lo que en la vida supone una afición y lo que supone una practica profesional, pues la diferencia estriba en su practica, nuestras aficiones las ejercemos sin ser profesionales aun siendo habilidosos y la profesionalidad exige un conocimiento exhaustivo de lo que practicamos, ejercemos y en cualquier caso vivimos, por aquello que normalmente vivimos de nuestro trabajo y no de nuestras  aficiones, por un decir un algo y salvando algunas raras excepciones.

Es cierto que en  etapas de cansancio incluso de hastío, te planteas que te apetece hacer en la vida, aun cuando en situaciones de crisis, las elecciones son para lo más privilegiados y muchos, la mayoría sólo nos planteamos como generar unos ingresos para tener un mínimo nivel de vida digna, con pasión o sin ella.

También es cierto que predicar que uno debe hacer lo que le gusta es una falta de respeto para los que asumen trabajos no elegidos y simplemente como medio de subsistencia, por aquello de que el salario es el precio del trabajo, te guste o no.

De ahí la diferencia entre pasión por el trabajo y el disfrute por el trabajo, que no es más que aceptar que no puedes vivir del aire  y ya que hay que trabajar,…, hacerlo con alegría.

Al final y hablando de pasiones, incluso de la pasión por el trabajo, llegas a la conclusión, o al menos esa es mi postura de que la cuestión,  no está sólo en dedicarte a lo que te gusta, sino además, poder vivir de ello.

                                                          Ferrán Aparicio
                                                     25 de mayo de 2016



viernes, 20 de mayo de 2016

idealist@s: AMABILIDAD DESMESURADA

idealist@s: AMABILIDAD DESMESURADA: Hace poco tiempo y como siempre por casualidad o por causalidad,.., ni lo se ni me importa en demasía, …,llegó a mis manos un artículo de...

AMABILIDAD DESMESURADA

Hace poco tiempo y como siempre por casualidad o por causalidad,.., ni lo se ni me importa en demasía, …,llegó a mis manos un artículo de Victor Küppers, que decía que “ el secreto para ser feliz es ser amable”,…, la verdad que pensándolo fríamente no lo le falta razón,… y es que en los últimos cambios de mi vida y después de haber puesto mi ego ante el self de la gente con que me rodeaba,.., me resultaba evidente y la experiencia al margen de la teoría youngiana ,.., es un grado.

Las personas que transmitimos sensaciones, nos relacionamos desde la sencillez, transmitimos cierta luz, al margen de la modestia divina y humana que llevamos y concebimos, captamos sensaciones que los demás transmiten las supervisamos, las analizamos y las racionalizaos sin reaccionar ,..,por decir un algo.

Al final de nuestra amabilidad desmesurada y en este sentido va este escrito, nos encontramos con que conectamos emocionalmente de una forma desmesurante, dentro de una amabilidad humana y otros sin conocerlos los rechazamos de una forma intuitiva , sin saber por que o para que , .., pero en el fondo está claro que no nos muestran una amabilidad desmesurada que nos conecte con ellos.

Podemos hablar de feeling o de química, pero lo que esta claro, es que el que es amable en un principio tiene el conjuro de las dos cualidades.

A la vuelta de la vida y cuando has sufrido el silencio de las hemorroides de las amistades, te das sinceramente cuenta, que no se trata de tiempo,.., ni de cantidad de amigos, sino simplemente de coincidencia en el camino, sabiendo que la vida es un conjunto de etapas, en las que coincidimos,.., simplemente por el hecho de coincidir,.., en una educación, un propósito en la vida o simplemente por afinidades comunes.

Quizá y solo quizá, la afinidad y al margen de la amabilidad desmesurada es lo que nos crea un reconocimiento social, porque al final de todo, lo que nos une es un sentimiento que va más allá de amar a los demás a través de nuestra propia amabilidad, aunque resulte más desmesurada que el tener y consumir, por decir un algo.

Poner la ilusión a las pequeñas cosas, propias o impropias, relativizar los problemas propios o impropios, ser agradecido y amable es una formula sencilla para ser feliz siendo amable.

Al final de cualquier reflexión,…, vivida o sentida, un día te das cuenta que la amabilidad es un secreto poco conocido y muy facilón, para sentirnos agradecidos en la pausa de un momento, de lo que es más importante, simplemente es una amabilidad desmesurada.

Ferrán Aparicio
20 de Mayo de 2016







lunes, 16 de mayo de 2016

domingo, 15 de mayo de 2016

UNA LLAMADA,..., LLAMADA DESTINO


El destino y tal cual la define la Wikipedia, es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre albedrío o libertad.

El problema surge cuando se conjuran las llamadas y el destino  y te cambia el destino o cuando tomamos una decisión que nos cambia el destino después de una llamada o sin ella, en cualquier caso siempre aparecen dicotomías donde el libre albedrio deja de considerarse como una simple opción y llegas a la conclusión que independientemente que la vida este llena de oportunidades o al menos a mí me lo parece, el destino te cambia la vida simplemente porque sí o por una decisión consciente o inconsciente.

Es bien cierto que cuando tomamos una decisión estamos forjando un destino, es por ello que el libre albedrio siempre es el póker que nos permite decidir aunque sea para caer a un abismo desconocido.

Al final cuando llega un momento donde se plantea un problema o te surge un cambio inminente de vida, te das cuenta como la elección que tomas marca la diferencia del camino que presuntamente vamos a tener en la vida, independientemente de lo material y sabiendo que nacemos para morir, sin más.

El rumbo como trayectoria del camino es algo que se proyecta del presente hacia al futuro, y nada tiene que ver con el pasado más que el bagaje, que este nos ha dado para saber lo que ya no queremos vivir, sentir o aceptar en su caso.

Por eso  resulta importante el tener en cuenta que es lo que nos gusta y que no nos gusta en nuestra vida, para a la mínima oportunidad soltar lastres innecesarios que no nos permiten mantener el rumbo ni hacer camino.

Los miedos son siempre nuestro enemigo más aliado en la toma de decisiones, sin embargo el destino como tal siempre nos acaba llevando a un sitio, eso si en su justo momento, ni antes ni después, una vez más deprisa y otra con una lentitud sordina que más que vida parece un purgatorio, y esto se lo digo  por mis últimas experiencias donde he tenido que tomar decisiones y con miedo o sin ellos espero me lleven a buen puerto.

Les animo como siempre e independientemente de razones económicas, fundamentales pero no esenciales, por aquello de que es más rico el que menos necesita, a valorar las pautas para poder marcar una trayectoria clara y concisa, pues como decía alguien con cierta experiencia, preocúpense de lo suyo que de lo mío me preocupo yo.

                                                            Ferrán Aparicio

                                                       15 de mayo de 2016

martes, 10 de mayo de 2016

idealist@s: EL DOLOR DEL ALMA

idealist@s: EL DOLOR DEL ALMA: EL DOLOR DEL ALMA Hay estudios que confirman que el ser humano no puede vivir sin una cuota de displacer o malestar y es que parece...

EL DOLOR DEL ALMA


EL DOLOR DEL ALMA

Hay estudios que confirman que el ser humano no puede vivir sin una cuota de displacer o malestar y es que parece ser que existe un mecanismo en nuestra psiquis que regula la cuota de malestar que todo ser humano puede aguantar o en su caso tolerar.

Cuando somos conscientes que rondamos esta zona  retornamos a un estado que podríamos definir como placentero y que evita el sufrimiento.

Cuando en cualquier caso sobrepasamos  cierta dosis de malestar se rompen por regla general ciertas barreras de defensa y nuestra mente experimenta lo que llamamos dolor, que cuando no es físico puede ser lo que algunos autores definen como dolor del alma.

Pero sin ánimo de cuestionar fenómenos de intensidad de los dolores más difíciles de abordar, los más peculiares  son los llamados dolores del alma.

Cuando nos duele el cuerpo tenemos una referencia concreta al origen que produce el dolor y si no lo buscamos a través de nuestros matasanos, que nos dan una referencia concreta del posible origen, sin embargo cuando el dolor es psíquico siempre suele ir acompañado de una tristeza asténica que genera estar susceptible ante los hechos  de la vida cotidiana, haciéndose todo más pesado y menos llevadero, lo que antes era una alegría ahora parce como que una nube, una sombra hubiese cubierto tu vida.

Otro de las datos que todos hemos podido observar o analizar a nuestro alrededor es el hecho de que el dolor del alma es difícil de cuantificar, solo la persona que lo siente, sabe hasta  dónde y cómo le duele.

Este dolor aparece ante ciertos hechos, actos acontecimientos, desencuentros, pensamientos o simplemente vivencias de manera  que la persona que se siente acosada por el dolor, se siente insegura incluso con miedo a la nada y en este sentido son los factores que cuantifican el grado del dolor.

Una  de las causas más comunes y donde mejor se detecta este tipo de dolor es en la perdida de los seres queridos, algo común a todos los humanos y que independientemente del grado de parentesco, relación o identidad, más nos afecta. Pero la verdad es que pasado nuestro propio luto con algo de esfuerzo y voluntad, se puede llegar a sobrellevar, siempre y cuando la persona tenga una identidad sostenida en otros valores y no exclusivamente en la pérdida de algo de alguna forma egoístamente querido.

Lo mismo sucede con el amor, cuando nuestra necesidad de amor sólo colma a una persona, nos arriesgamos a si la perdemos a caer en el abismo del desamparo y la perdición, aunque sólo sea de una manera sentimental.

El dolor de vivir  sin embargo  responde a una formula cotidiana  que tiene que ver de cómo somos los mortales  y de tener consciencia que aquí estamos de paso, reconociendo cada día cuando amanece como que  el mundo existía antes de que nosotros apareciéramos en él.
 
Pensar la vida desde la globalidad  es asociarla de alguna manera al dolor, pero también a la alegría los proyectos, al amor ya tantas y tantas cosas  que resulta definir una formula general para la inteligencia colectiva.

En cualquier caso hay dos fórmulas para vivir la vida, independientemente de los paréntesis de dolor, de una manera alegre o de una manera triste y les aseguro  que vivir con cierta alegría incluso sin ataduras no es mala fórmula para evitar en la mayor manera los dolores del alma.                              

                                                       Ferrán Aparicio

                                                   10 de mayo de 2016

 

jueves, 5 de mayo de 2016

idealist@s: HABLANDO DE SOLEDADES

idealist@s: HABLANDO DE SOLEDADES: El otro día cayó en mis manos uno de esos decálogos que van transmitiendo los secretos para una vida, como si sencillo fuera vivir, como...

idealist@s: HABLANDO DE SOLEDADES

idealist@s: HABLANDO DE SOLEDADES: El otro día cayó en mis manos uno de esos decálogos que van transmitiendo los secretos para una vida, como si sencillo fuera vivir, como...

HABLANDO DE SOLEDADES

El otro día cayó en mis manos uno de esos decálogos que van transmitiendo los secretos para una vida, como si sencillo fuera vivir, como un tres en uno, que sirve para todo o casi todo y cada uno de los problemas que se nos presentan diariamente y la verdad que me hizo reflexionar sobre las trascendencia de la vida y las decisiones que un día u otro por necesidad, omisión o simplemente por sentido común, tenemos que tomar, todos los que nos sentimos los humanos.

Siempre me he preguntado por qué me gusta la soledad y la verdad que hay muchos motivos y en especial cuando ya has vivido con demasiado ruido en todas y cada una de las situaciones y etapas que todos tenemos en la vida y al final te das cuenta que necesitas respirar de vez en cuanto en tu propio ambiente.

La verdad que la situación de soledad no es cuestión de edad o a lo mejor sí, en cuanto que cada día nos hacemos más selectivos y apreciamos el sentido del silencio como algo sobrenatural en el mundo de la naturaleza que nos rodea y sobretodo porque nunca nos sentimos en absoluto silencio pues al menos nuestra respiración nos acompaña en todo momento, hecho que en contrario, sería mal asunto para el que reflexiona sobre la soledad y el silencio.

La cuestión es que la sociedad y el mundo de la filosofía y en especial la psicología clínica ha empezado a cambiar el concepto de la soledad como concepto de un diagnóstico claro de una variante de la depresión, para catalizar la idea del individuo como ser perfecto en habilidades que puede activar el individuo solo consigo mismo sin necesidad del rechazo o aprobación de los demás.

Soledad en términos sociales significa estar solo sin acompañamiento de una persona u otro ser vivo, pero también hay que reconocer en el origen su etimología como la propia elección como individuo libre al impuesto por la sociedad por alguna traba personal social o simplemente una enfermedad.

En este sentido Arthur Schopenhauer, sostenía que «la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.» y es que la soledad como instinto básico es necesaria porque nos permite descubrirnos quienes somos y que necesitamos.

En cualquier caso y en el caso que uno no acepte la soledad como el antídoto del ruido extremo en todos sus niveles y extensiones, vivir acompañado es el mejor antídoto contra la soledad, como lo es aun viviendo sólo utilizar los medios posibles para mantener y tener relaciones de una forma periódica.

Otros antídotos de cualquier decálogo versan sobre la actitud de mantenerse activo durante el mayor tiempo posible aprendiendo y compartiendo cosas nuevas a lo largo de una vida, eso sí solo o acompañado según de la actividad que se trate, pero en definitiva sólo se trata de hablar de soledad profundizando en uno mismo para detectar los motivos de nuestro sentimiento de soledad.

                                     Ferrán Aparicio
                                  5 de mayo de 2016




martes, 3 de mayo de 2016

idealist@s: CUSTODIA COMPARTIDA

idealist@s: CUSTODIA COMPARTIDA: Me llama la atención la nueva jurisprudencia que está surgiendo en España con el tema de la custodia compartida. Yo que no soy especia...

idealist@s: PASANDO LOS AÑOS

idealist@s: PASANDO LOS AÑOS: La verdad es que hay veces que me sorprendo a mí mismo desde la perspectiva del tiempo y del espacio, y es que durante mucho tiempo h...

idealist@s: ME HUELE A CHAMUSQUINA

idealist@s: ME HUELE A CHAMUSQUINA: Cuántas veces hemos oído en nuestro entorno esta expresión y aun intuyendo su significado por el contexto en el que se expresa, realment...

idealist@s: CAMINO

idealist@s: CAMINO: Muchas son las personas que me rodean que por moda, tendencia o simplemente por necesidad vital en toda la extensión de la palabra com...

domingo, 1 de mayo de 2016

CAMINO


Muchas son las personas que me rodean que por moda, tendencia o simplemente por necesidad vital en toda la extensión de la palabra comienzan un nuevo camino, el camino de la sencillez y el minimalismo.

Un día te despiertas y sin venir a cuento y como siempre, sin más, te das cuenta lo complicada que es tu vida, no en cuanto contenido, sino también en formas y maneras.

En ese momento básico te das cuenta de la necesidad del despego a los objetos materiales para conseguir de alguna forma anecdótica sentirte más libre. Sin embargo lo que en principio no podemos conseguir es el despegarnos de todo lo que somos como ese fondo de hechos y etapas acumuladas, en lo que se llama experiencia vivida.

En ese momento preciso es cuando te viene la idea;  que tenemos que dejar de confundir el yo con el ser y es  que el minimalismo como concepto es simplemente ser capaz de vivir con muy poco.

El minimalismo como tendencia general se centra en el intento de reducir cualquier cosa, incluso cualquier sensación y sentimiento a lo esencial, despojada de elementos sobrantes, aplicando  este concepto tan sencillo desde nuestro espacio vital a  nuestros grupos e individuos.

Pero al final del camino en esta tendencia lo que llegamos  a entender dentro del concepto abstracto es que nuestro camino  es mucho más que nosotros mismos , nuestra familia,  nuestra profesión, nuestro partido político, nuestra cultura,…, sino aquello que nos acerca a ser lo que realmente somos.

Al final de este  cuestionado despertar comprendes que no se trata de vivir sin nada sino simplemente de establecer un equilibrio  entre nuestro cuerpo y nuestra mente, que nos ayude a centrarnos en nuestro camino, propio e intransferible.

Quizás y sólo quizás, cuando llegas a esta situación, te das cuenta que lo que realmente tiene sentido en este punto del camino es centrarte en lo importante y no depender de las condiciones externas para complicar tu vida y hacerte esclavo de una pseudo-felicidad que no te deja avanzar en ese camino hacia la libertad.

Es importante también generalizar en el sentido de que cada minimalismo es particular  y de cada persona que lo construye y aunque goza de ciertas peculiaridades coincidentes con las de tu vecino o vecina, al final somos nosotros mismos los que le dotamos del correspondiente significado vital.

El mundo está lleno de posibilidades que se abren a nuestro alcance y somos nosotros mismos, los que decidimos  buscar la felicidad, no en aquello que tenemos sino en lo queremos tener, y esta es quizá sea la premisa errónea que relaciona el avance en el camino o permanecer estancados.

Les animo como siempre a ejercitar ese desapego aunque sea a través de un despertar, pues el mensaje  del camino exclusivamente se centra en ser capaces de distinguir lo que realmente necesitamos  y es importante de lo que creemos necesitar.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                        1 de mayo de 2016

 

sábado, 30 de abril de 2016

ME HUELE A CHAMUSQUINA


Cuántas veces hemos oído en nuestro entorno esta expresión y aun intuyendo su significado por el contexto en el que se expresa, realmente no conocemos de donde procede y por curiosidad de curiosidades, que todo es curiosidad, uno procede a cultivarse.

 
Cuando investigas y te documentas, algo que hoy en día está al alcance de todo el mundo a través de internet, simplemente dándole al botón correspondiente de tu móvil, te das cuenta que oler  a chamusquina es algo tan intuitivo como que la chamusquina es el característico olor que  se desprende al quemarse la superficie de alguna ropa o el que percibimos cuando alguien se quema por accidente algún pelo, barba  o vello.

El popular modismo, “Esto me huele a chamusquina”, se utiliza cuando alguien cree tener indicios de que algo no está saliendo tal y como esperaba o que algo va a salir mal.

La frase proviene de tiempos de la inquisición, cuando eran quemados los libros y escritos sospechosos de herejía  y muy a menudo la quema de esos libros iba acompañadas del propio autor o su impresor.

Lo que está claro que en la actualidad y a nivel  coloquial de cualquier tema nos expresamos hablando que cuando olemos a chamusquina, queremos decir que tenemos una sospecha intuitiva, ficticia o real  de que algo o alguien van a acabar mal en relación a algún tema o situación.

Un servidor cae en la tentación de inmiscuirse más allá de oler a chamusquina  constantemente y es que hoy en día, casi  todo nos huele a chamusquina en la naturaleza del ser humano, pues es muy difícil conceder al Hombre una condición benévola porque todos experimentamos las mismas pulsiones irracionales heredadas de nuestra situación en el mundo natural que actualmente nos rodea.

La simple enunciación de una consigna cómo es decir me huele cualquier tema a chamusquina, no sirve para la descripción de la realidad y aún menos para la implementación de una política que permita incrementar los niveles de seguridad y tranquilidad ciudadana  a cualquier nivel al menos en nuestro entorno más inmediato.

Los peligros que plantea la amenaza de un olor característico, no es cuestión baladí y requiere de unos altos niveles de prevención y alerta, sin que ello suponga una disminución de derechos y deberes ciudadanos sino límites más precisos a las incomodidades por las que hemos de pasar en determinadas ocasiones.

Si la libertad no implicara  la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos, si la irresponsabilidad de algunos los inhabilitara por principio para ejercer el derecho a elegir y actuar, si el error no fuera componente esencial de la naturaleza humana cabría considerar al estado social y democrático, como el estado perfecto para  no tener sensación de oler a chamusquina.

 

                                                           Ferrán Aparicio
                                                        30 de abril de 2016

viernes, 29 de abril de 2016

idealist@s: PASANDO LOS AÑOS

idealist@s: PASANDO LOS AÑOS: La verdad es que hay veces que me sorprendo a mí mismo desde la perspectiva del tiempo y del espacio, y es que durante mucho tiempo h...

lunes, 25 de abril de 2016

PASANDO LOS AÑOS


La verdad es que hay veces que me sorprendo a mí mismo desde la perspectiva del tiempo y del espacio, y es que durante mucho tiempo he sido tremendamente crítico con algunas cosas y también con algunas personas, sin embargo desde hace algún tiempo me siento como espectador elocuente de lo que veo, siento o padezco, y no me reconozco.

Considero que he sido muy fiel a mis principios y valores y que la dignidad de mi pensamiento, la he mantenido y defendido, pues en cualquier caso me había costado forjarlo, incluso en asuntos en los que sabes que mucha gente no va a estar de acuerdo contigo, pero fiel a mis principios, carácter y educación, lo mantenía hasta límites peligrosos.

Con el paso del tiempo no sé si por comodidad o acomodación en mi zona de confort o por que la tranquilidad ha invadido mi vida y me ha vuelto más pacífico,…, soy capaz de oír, ver, y callar ,.., incluso de tragar carros y carretas, pues ya no me altero en absoluto, incluso disfruto de opiniones y criterios que si bien me sorprenden, no me cambian ni me afectan, como si de un espectador común de cine de barrio se tratara y saliera con esa sensación del cine en que ni me ha gustado ni disgustado la película que había visto, simplemente había asistido a su exhibición.

Por otra parte y hablando en voz alta, ya no se trata de lograr una actitud positiva adquirida pues el pensamiento positivo me parece como mínimo peligroso, sino de esa sensación que se llega a tener de triunfar con lo natural y lo auténtico como valores indiscutibles, especialmente cuando han ido pasando los años.

Quizás y sólo quizás ese reconocimiento de la actitud ante la vida es una de las razones por la que como acto reflejo y sin perder un ápice de tu personalidad te das cuenta de lo que vale la pena y de lo que no vale la pena y creo que esa es una de las razones por la que algo en lo que participas tiene más repercusión de lo que aparentemente se percibe, aunque sea como espectador.

 Al final nos pierde la emoción, unas cosas nos emocionan y otras ni nos hacen inmutar y es que todo tiene un componente emocional y al reflejarlo en una actitud consigues sintonizar con otros a quienes les ha sucedido y sobre todo, sentido algo similar, causalmente conectas cada día más con los espectadores de ese programa llamado pasando la vida que con los que acabo de despertar.

No tengo dudas de que cada día uno es más prudente pues la experiencia es un grado, pero hay que asimilar que abrirte a dar una opinión en público en ocasiones resulta un riesgo innecesario, especialmente en asuntos que van más allá de lo técnico y objetivo, y no se otorga una solución especifica desde lo general.

Es muy fácil atraer a quienes coinciden en tu postura y están hartos de las mismas cosas que tú, pero también es necesario comentar y ofrecer tus soluciones y alternativas, especialmente si las has probado y te han funcionado porque para decir chorradas cualquiera vale y eso te das cuenta cuando van pasando los años.

Ferrán Aparicio
25 de abril de 2016